Porsche acaba de lanzar a nivel mundial la segunda generación de su D-SUV Macan. Y viene con una particularidad: tanto la versión 4 como la Turbo son 100% eléctricas. De esta manera, este modelo, el más vendido de la marca alemana en el mundo, se convierte en el segundo EV después del Taycan, lo que da un indicio claro hacia dónde apunta la industria.

El Macan 4 cuenta con dos motores síncronos de imanes permanentes (colocados sobre cada eje) que producen 410 CV de potencia y 650 Nm de torque máximo, mientras que en el caso del Turbo generan 640 CV y 1130 Nm. Esto les da un excelente rendimiento: el 4 acelera de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos y alcanza una velocidad máxima de 220 km/h, mientras que el Turbo hace el 0-100 en 3,3 segundos y llega a los 260 km/h. Claro que todas esas cifras se obtienen con la función Overboost al usar el sistema de Launch Control.

En ambos casos, la alimentación la realizan baterías de celdas de litio-níquel-manganeso-cobalto dispuestas en 12 módulos de 100 kWh de capacidad bruta (de los cuales se pueden usar hasta 95 kWh). Además, el acumulador es de alto voltaje con una arquitectura de 800 voltios. Porsche fue el primer fabricante de automóviles en producir un vehículo eléctrico de 800 voltios con el Taycan, y esta arquitectura de mayor voltaje permite reducir el uso de cobre y aumentar la velocidad de carga. En un cargador de corriente continua de 800 voltios, la Macan podrá cargar hasta 270 kW. Si se enchufa a un cargador de 400 voltios, el paquete de baterías se divide por la mitad y se carga en paralelo, lo que reduce significativamente los tiempos de carga.

En ambos casos, la autonomía llega a los 613 km (medido en ciclo WLTP).